miércoles, 10 de agosto de 2011

Budismo en vena



Empezamos este post camino al Merapi, el nombre del volcán desconocido, el causante de grandes desgracias, pero también de la gran riqueza del terreno. Nos hemos levantado temprano, como no , un desayuno rápido una consulta del correo y nuestro taxista Gangung ya nos espera.

De camino a Borobudur pasamos por una de las zonas que en 2005 el Merapi dejó sepultada en ceniza y mató a unas 100 personas.

Llegamos a Borobudur. Enclavada entre montañas se levanta esta estupa, templo budista de estructura parecida a las pirámides, pero macizo y con terrazas a las cuales se accede siguiendo el ritual budista de subir según la dirección de las agujas del reloj. Se supone que lo erigieron los primeros monjes budistas tántricos y en sí no es más que un gran mandala.

Al contrario de lo que nos esperábamos, no está muy lleno de turis.

Como nota curiosa, para poder entrar a todo el mundo nos hacen poner un sarong cubriendo nuestras piernas.

A la salida tenemos que devolverlo y después un mercado espera al pobre turista con todo tipo de recuerdos y “tshirts”, que es como los vendedores llaman a las camisetas. Lo cierto es que picamos y nos hacemos con dos piezas recuerdos del lugar.

Cerca de este templo visitamos el templo de Mendut, que tiene de particular que, aparte de unos vendedores insistentes que te persiguen a la entrada y salida del templo, contiene un gran buda de unos 3 m. de alto que está sentado en posición occidental. Y al salir también picamos, qué le haremos, somos unos pecadores de la pradera.

Y aquí ponemos fin a la primera parte del diario de hoy.

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